Las barandillas son un elemento habitual en cualquier edificio residencial. Las vemos en balcones, escaleras o terrazas, y muchas veces pasan desapercibidas… hasta que hay que repararlas, cambiarlas o alguien pregunta quién debe hacerse cargo. Si vives en una comunidad de vecinos, es importante saber que estas estructuras no son solo decorativas: están sujetas a normativa y forman parte de las zonas comunes. En este artículo te contamos qué dice la ley sobre ellas y qué responsabilidades asume la comunidad.
¿Por qué las barandillas de una comunidad de vecinos están reguladas?
Las barandillas no son un simple detalle arquitectónico. Cumplen una función clave en la seguridad del edificio, ya que evitan caídas y delimitan espacios. Por eso, la ley las considera elementos comunes, especialmente cuando están situadas en balcones, terrazas o escaleras exteriores que forman parte de la estructura del edificio.
En una comunidad de vecinos, cualquier elemento que afecte a la estética, la seguridad o la funcionalidad de la finca entra dentro del ámbito de la propiedad horizontal y, por tanto, está regulado por normas que buscan garantizar el bienestar de todos los propietarios y residentes.
¿Quién paga el mantenimiento o sustitución de las barandillas en una comunidad de vecinos?
Aquí es donde surgen la mayoría de dudas. Como norma general, si las barandillas están situadas en balcones o terrazas que dan al exterior, forman parte de la estructura del edificio y, por tanto, son propiedad común.
Esto implica que:
- La comunidad de vecinos debe asumir su mantenimiento, reparación o sustitución.
- Si se detecta deterioro o riesgo, el presidente o el administrador deben actuar de inmediato.
- Cualquier actuación debe aprobarse en junta, y si es urgente, es posible intervenir primero y ratificar después.
En cambio, si se trata de una barandilla interior en una vivienda privada, que no afecta al exterior ni al uso común, la responsabilidad puede recaer sobre el propietario.
¿Puede un vecino cambiar su barandilla por su cuenta?
No, o al menos no sin autorización. Cambiar una barandilla que forma parte de la fachada o que es visible desde el exterior sin consentimiento puede suponer una alteración de elementos comunes, lo cual requiere acuerdo en junta.
Incluso si el cambio es por una barandilla más segura, es necesario solicitar autorización y, si se aprueba, respetar criterios estéticos y técnicos homogéneos. De lo contrario, la comunidad puede exigir la restitución del elemento original.
Recomendaciones para comunidades de vecinos con barandillas antiguas
Si en tu comunidad las barandillas tienen muchos años, lo recomendable es hacer una inspección técnica para valorar su estado. La seguridad es prioritaria, pero también lo es mantener la coherencia estética del edificio y cumplir con la normativa vigente.
Algunas recomendaciones prácticas:
- Revisar las barandillas al menos cada 5 años.
- Consultar con técnicos cualificados si hay corrosión, piezas sueltas o inestabilidad.
- Documentar los acuerdos en acta cuando se apruebe una sustitución.
- Evitar que cada vecino actúe por su cuenta: la intervención debe ser global.
La comunidad de vecinos no se va a librar de las barandillas
Las barandillas en una comunidad de vecinos no son un accesorio decorativo. Son elementos de seguridad regulados por normativa estatal y municipal, y su mantenimiento es responsabilidad colectiva. Conocer los requisitos técnicos, las responsabilidades legales y los límites de actuación individual es clave para evitar conflictos y mantener el edificio seguro y en buenas condiciones.
Si en tu comunidad de vecinos hace falta un punto de vista experto que os ayude con este tipo de gestiones, no dudes en contactar con nuestros administradores de fincas, que ayudarán en los trámites y decisiones de la junta de propietarios para mantener el mayor orden y tranquilidad posibles.