Si vives en una comunidad de vecinos, es fundamental tener claro cómo convivir con tu mascota sin que nadie salga perjudicado y fomentando la mejor convivencia posible entre todos. Por eso, hoy queremos contarte todo lo necesario sobre la normativa de la comunidad de vecinos.
No se puede impedir tener animales domésticos, pero se deberá proteger el bienestar de estos y de todos los vecinos
La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) es la normativa de toda comunidad de vecinos, y regula las obligaciones y derechos de cada propietario. Esta establece que no se puede prohibir tener animales de compañía en las viviendas de la comunidad, siempre y cuando se respeten las normas de convivencia con los demás propietarios.
¡Ojo!👀 Los propietarios de un piso en alquiler sí que pueden prohibir a sus inquilinos la tenencia de mascotas en la vivienda, ya que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) permite que el arrendador decida si las acepta o no.
Asimismo, se debe acatar la nueva ley de Protección Animal, según la cual:
- Se podrá tener un máximo de cinco perros y/o gatos por vivienda.
- Queda prohibido dejar a los perros en el inmueble sin supervisión durante más de veinticuatro horas consecutivas.
- No se puede hacer ruido por encima de los decibelios permitidos.
Si no se cumple con estas reglas, se puede incurrir en infracción y tener que afrontar multas y sanciones elevadas.
¿Cómo afecta la normativa de una comunidad de vecinos a la convivencia con perros?
Tener un perro en una comunidad de vecinos es totalmente legítimo y muy frecuente, pero ello no exime la existencia de una serie de reglas que todos en el edificio deben cumplir.
La comunidad puede limitar el acceso a zonas comunes como piscina, jardines o ascensor, aunque por ley no puede llegar a prohibirlo. También puede exigir el uso de correa, o de bozal si se tratara de una raza peligrosa (PPP) y fuese obligatorio. Por último, aunque es de sentido común, puede prohibir que el perro haga sus necesidades en las zonas comunes.
Ten en cuenta, que deberás responsabilizarte de cualquier daño o desperfecto que el animal doméstico cause en la comunidad de vecinos.
La normativa de la comunidad de vecinos, al ser cada una diferente según el acuerdo aprobado, es importante informarse bien. Puedes consultarla en los estatutos de la comunidad, preguntando en una junta de propietarios o al propio administrador de la finca.
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Muchas comunidades optan por recurrir a los servicios de un administrador de fincas, ya que es el mejor recurso para poder disfrutar de un acompañamiento experto en todas las gestiones.
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