Cuando vives en una comunidad de propietarios, tarde o temprano llega la pregunta incómoda: ¿qué pasa con las derramas si la vivienda está alquilada? Es un tema que genera debate en casi todas las juntas de vecinos y que, si no se tiene claro, puede acabar en conflictos entre propietario, inquilino y administrador de fincas. Veamos cómo resolver la duda, con ejemplos claros y un repaso a lo que dice la ley.
¿Qué es una derrama en una comunidad de propietarios?
Las derramas son pagos extraordinarios que la comunidad de vecinos exige a los propietarios para afrontar un gasto no cubierto con la cuota mensual habitual. Puede ser la reparación del ascensor, la instalación de un sistema de eficiencia energética o la rehabilitación de la fachada.
Aquí aparece la primera clave: la derrama siempre la aprueba la junta de propietarios y, por tanto, afecta directamente a los dueños de los pisos, no a los inquilinos.
Entonces, si el piso está alquilado, ¿quién paga?
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), la regla general es clara:
- Propietario: paga las derramas de la comunidad, porque forman parte de los gastos extraordinarios de conservación del inmueble.
- Inquilino: se hace cargo de los gastos ordinarios, como el recibo mensual de comunidad, siempre que esté recogido en el contrato.
Aunque hay un matiz interesante. La ley permite que el arrendador y el arrendatario pacten que ciertos gastos de comunidad los asuma el inquilino. Pero este acuerdo debe constar por escrito en el contrato de alquiler.
Aun así, en la práctica lo más habitual es que las derramas sigan siendo responsabilidad del propietario. Si no se especifica nada en el contrato, no hay duda: paga el dueño.
¿Y si el propietario no paga la derrama en la comunidad de propietarios?
Si un propietario con el piso alquilado no paga la derrama, la comunidad puede iniciar un procedimiento monitorio para reclamar la deuda. El inquilino no tiene responsabilidad en ese caso, aunque puede verse afectado indirectamente (por ejemplo, si no se acomete una obra necesaria en el edificio).
Por eso es importante que los vecinos conozcan bien la normativa y que el administrador de fincas lleve un control riguroso de los pagos.
Consejos prácticos para evitar conflictos
- Transparencia: todo acuerdo debe quedar por escrito en actas y contratos.
- Comunicación: propietario e inquilino deben hablar con claridad de los gastos.
- Asesoramiento: contar con una buena administración de fincas evita malentendidos y garantiza que se cumpla la ley.
El papel del administrador de fincas
El administrador de fincas es la figura clave para aclarar estas situaciones en las comunidades:
- Informa a la junta sobre la legalidad de los acuerdos.
- Gestiona los cobros de las derramas y asegura que los pagos se hagan correctamente.
- Media cuando surgen disputas entre vecinos, propietarios e inquilinos.
En definitiva, es el profesional que evita que un malentendido acabe en un problema mayor, y en Housfy puedes encontrar el tuyo para que la gestión de tu comunidad sea más sencilla, transparente y eficiente.