La tendencia actual en interiorismo prima los espacios y la sencillez. Lejos quedan los tiempos en los que se sobrecargaban las estancias con grandes muebles y todo tipo de objetos decorativos. Ahora lo que se lleva es el minimalismo. Sutileza, homogeneidad, trazos lineales y finos, y poca ornamentación. Y si antiguamente había una habitación que era todo lo contrario, esta era el baño. Por ello, hoy en día, en una reforma integral, reformar el baño es un must, y para darle ese estilo minimalista, no hay nada mejor que una cisterna empotrada.
¿Qué es una cisterna empotrada?
Seguro que habéis visto alguna vez una taza de inodoro suspendida en la pared. Algo típico en algunos hoteles y que quizás hayáis visto en alguna revista de decoración. Sea, como sea, este inodoro no tiene nada de especial. Es un inodoro convencional salvo por que todo el sistema mecánico queda oculto detrás de una pared. De ahí el nombre de cisterna empotrada.
¿Qué ventajas tiene?
Las ventajas son evidentes a la vista. Por una parte, diseño y por la otra, espacio. Si hablamos de diseño, es una cuestión de gustos. Sin embargo, una cisterna empotrada cumple con todos los estándares de interiorismo actuales. Es práctico, es sutil y es moderno. Al reformar el baño, la parte más voluminosa de un inodoro queda escondida. Aunque se tenga que adelantar la pared se logra dar una sensación de más espacio. A veces, la perspectiva y el punto de vista pueden hacer milagros. Y en términos de espacio la cisterna empotrada da sensación de pura amplitud.
¿Tipos de cisterna empotrada?
Pese a lo sencillo que es el concepto, una cisterna escondida detrás de una pared, se puede montar de muchas formas. La más común de todas es instalarla en una pared. Se instala el inodoro en la pared y luego se tapa la parte del baño con un panel prefabricado. El único problema que conlleva esta operación es que se come bastante espacio.
Si lo que queremos es aprovechar mejor el espacio, se puede construir una cisterna empotrada en una pared con repisa. El concepto es el mismo, pero se aprovecha el espacio para contar con una repisa donde colocar los elementos decorativos o de higiene personal. Otra técnica muy original, es la instalación de cisterna empotrada en murete. Está pensado, sobre todo, para baños amplios. Se construye un muro del grosor de la cisterna, para esconderla allí. El muro actúa como elemento decorativo y separa los distintos espacios del baño. Por ejemplo, la ducha del resto de la sala.
¿Quién puede hacerlo?
Si eres un crack del bricolaje y has tocado ya algo de albañilería y fontanería podrás hacerlo en casa y pasar un buen rato. En internet encontrarás miles de tutoriales que te explicarán mejor que un servidor cómo hacerlo. Sin embargo, si estás empezando, mejor no coger riesgos y acabar mojándose. Literal y figuradamente. A veces, un buen equipo de profesionales puede salvarte de un apuro. Si estás pensando en reformar tu baño, nadie como nuestro equipo de reformas, puede hacerlo mejor. Consigue un presupuesto ajustado a tu bolsillo, y disfruta del baño siempre has deseado.