Como propietario de un inmueble en alquiler, debes saber qué son el depósito y la fianza del alquiler. También conviene que conozcas cuáles son las diferencias y similitudes entre ambos conceptos. ¡Sigue leyendo y conoce qué es el depósito del alquiler!
¿Qué significa depósito del alquiler?
Cuando hablamos del alquiler, el depósito comúnmente hace referencia a la garantía adicional que puede solicitar opcionalmente el propietario del piso a su inquilino. Aunque no sea un trámite obligatorio, su requerimiento es legal. Así lo establece el Artículo 36.5 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
En esencia, el arrendador puede pedir el depósito al futuro inquilino a modo de depósito de garantía del alquiler, siempre antes de iniciarse este como tal. El dinero solicitado, que corresponde hasta a dos mensualidades, permite al propietario asegurar cualquier detrimento en el inmueble o impagos ocasionados por el arrendatario.
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¿Cómo funciona el depósito del alquiler?
El depósito del alquiler no es imprescindible por Ley, de modo que en muchas ocasiones suele confundir sobre su legalidad y funcionamiento. Por ello, ante la pregunta recurrente de qué es el depósito del alquiler, cuánto es o cuándo se devuelve, te explicamos a continuación.
Lo más importante es que el depósito que se acuerda entre propietario e inquilino debe quedar escrito en el contrato de alquiler. De lo contrario, el inquilino no se vería obligado a abonar dicha garantía si el arrendador lo solicita.
¿A cuánto asciende?
Pero, ¿cuánto es el depósito de un alquiler? La cantidad máxima que puede solicitar un propietario es de dos mensualidades de la renta, aunque podría ser menos.
Supongamos que el importe mensual a pagar es de 1.000 euros. El depósito podría constituir un máximo de 2.000 euros, pero también podría ser de 500, 1.000 o 1.200 euros, por ejemplo.
¿Dónde se abona?
A diferencia de la fianza, el depósito no requiere su entrega en ningún organismo correspondiente de cada comunidad autónoma. El casero es quien custodia la cuantía hasta el final del arrendamiento, y lo devuelve al inquilino una vez finalice el contrato.
Antes, se debe comprobar el estado de la vivienda y asegurar que no hay desperfectos. Por el contrario, si hay daños en el inmueble que cuestan más financiación que la cantidad del depósito, el inquilino deberá abonar la diferencia.
¿Qué cubre el depósito de alquiler?
De forma sencilla, el depósito del alquiler cubre los desperfectos o daños que el inquilino pueda realizar en la vivienda en alquiler, además de los posibles impagos o deudas.
En el caso de los daños, el depósito no contempla aquellos objetos que pueden deteriorarse por el paso del tiempo, como las pinturas desgastadas, por ejemplo. Tampoco tendrá en cuenta si las averías se producen por un desastre natural o un tercero.
Los elementos que sí cubre el depósito son, entre otros:
- Daños graves en el hogar.
- Ventanas o puertas rotas.
- Mobiliario o equipamientos del interior del inmueble rotos o dañados.
- Suciedad excesiva.
Diferencias entre depósito y fianza
Si bien es cierto que, tanto el depósito como la fianza de un alquiler pueden confundirse por sus similitudes, son varias las diferencias que podemos encontrar entre ambos conceptos. Es recomendable que, tanto el propietario como el inquilino, sepan cuáles son para evitar malentendidos.
A continuación, te enumeramos las diferencias principales entre depósito y fianza:
- El depósito no es obligatorio, mientras que la fianza sí lo es.
- La fianza se entrega en un organismo competente de cada comunidad autónoma y el depósito no se ingresa, ya que se lo queda el propietario.
- La cantidad máxima del depósito deben ser dos mensualidades, a diferencia de la fianza, que solo corresponde a un mes de renta.
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