La nueva ley de vivienda nació con el objetivo de favorecer el acceso a una vivienda digna, mediante el aumento de la oferta de las viviendas en alquiler y la disminución de los precios de estas. Ahora que ha cumplido un año de su implementación, si analizamos los efectos vemos que no son precisamente estos.
Principal problema: el control del precio del alquiler
El objetivo de la ley de vivienda estaba claro: controlar el precio de los alquileres para que dejaran de aumentar sin control. Por ello, se estableció el límite de actualización de la renta en un 2% durante 2023 y en un 3% en 2024.
Esta medida, lejos de alcanzar su objetivo, ha comportado dos consecuencias fatídicas para el sector del alquiler:
- Disminución de la oferta: Muchos propietarios, sobre todo los pequeños, han optado por retirar su inmueble del mercado del arrendamiento por no poder alcanzar los beneficios deseados. Asimismo, cada vez menos propietarios consideran invertir en el ámbito inmobiliario mediante la compra de un inmueble y su posterior puesta en alquiler, pues ya no lo estiman como una operación tan rentable, en parte también debido a los altos precios de compra. Además, hay que destacar la fuga de alquiler habitual hacia alquiler temporal, un modelo que la ley de vivienda no abasta y que, por tanto, los propietarios aprovechan para conseguir beneficios más altos. Según la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), la oferta de vivienda en alquiler habitual se ha reducido en un 30,5% desde que se implantó la ley de vivienda.
- Aumento de los precios del alquiler: Según los últimos datos de Idealista, el precio medio del alquiler en el país ha alcanzado máximos históricos con un importe de 13 €/m². Incluso en Catalunya, única comunidad autónoma donde se ha aplicado la delimitación de zonas tensionadas y el control de los precios en ella, el aumento del importe medio ha sido del 13,5%.
Los datos de Housfy corroboran estos dos efectos. Al comparar los datos de abril de 2023, mes anterior a la entrada en vigor de la ley de vivienda, y los de abril de 2024, últimos datos de alquileres cerrados, se observa que:
- Se ha producido una reducción de las operaciones en un 34,29%.
- Las viviendas alquiladas han tenido un precio un 18,57% más elevado.
¿Se podría decir que la ley de vivienda ha acabado comportando un efecto contrario al propuesto?
Definitivamente sí. Un año después de su funcionamiento podemos ver que el resultado ha sido una mayor dificultad para el acceso a la vivienda mediante el arrendamiento, y, en parte como consecuencia, también a través de adquisición.
Este hecho ha comportado que muchos ciudadanos se planteen la opción de comprar una vivienda antes que vivir en un alquiler, y, desgraciadamente, este pensamiento ha acabado en un aumento de los precios de compra.
Así, nos encontramos en un escenario muy complicado para quienes quieran independizarse o necesiten cambiar de domicilio, en especial, para aquellos colectivos más vulnerables.
Por eso, lo más recomendable es contar con ayuda profesional. En Housfy, nuestros expertos en la gestión integral de alquileres te acompañarán en todo el proceso de arrendamiento, para que no tengas que preocuparte por nada y puedas alquilar tu vivienda de la manera más cómoda posible.