Cuando llega el momento de ir a una entidad bancaria y pedir una hipoteca nos surgen algunas dudas, entre ellas, y por qué no decirlo, la cuestión más popular es ¿hipoteca fija o variable? Una pregunta con una respuesta un poco complicada, ya que cada tipo de préstamo hipotecario cuenta con sus ventajas e inconvenientes.
Aunque parezca una decisión difícil, puedes estar tranquilo, solo necesitas analizar cada uno de estos tipos de préstamos para así elegir la que más se ajuste a ti. Para ello, en este blog te contamos algunas claves de las hipotecas fijas y variables para que puedas elegir entre una u otra.
¿Hipoteca fija o variable?
La hipoteca es una de esas soluciones a las recurrimos cuando no disponemos de los recursos necesarios para afrontar la compra de una vivienda. En este sentido, contamos con varios tipos de prestamos hipotecarios que se clasifican en dos grupos: hipotecas a tipo fijo e hipotecas a tipo variable.
Las hipotecas a tipo fijo cuentan con un tipo de interés permanente. Es decir, que el porcentaje será siempre el mismo hasta el fin del préstamo. El cliente pagará una cuota fija, que varía en función del plazo que hayamos elegido. Las hipotecas a tipo variable, en cambio, están influidas por el índice del Euribor, un índice que se somete a unas revisiones anuales o semestrales que varían su valor, y, en consecuencia, la cuota del préstamo.
Las hipotecas a tipo fijo generalmente cuentan con un plazo de amortización menor que las hipotecas a tipo variable. Las cuotas a tipo variable, sin embargo, cuentan con un periodo de amortización que puede llegar hasta los 25 años o incluso más en algunos casos.
El riesgo de la evolución de los tipos de interés
Cada tipo de hipoteca cuenta con unas características particulares, que marcarán el nivel de riesgo de cada préstamo hipotecario en función del tipo de interés, fijo o variable.
Por ejemplo, con la subida del tipo de interés, la hipoteca a tipo variable se verá influida incrementando sus cuotas mensuales. La hipoteca a tipo fijo, sin embargo, no se verá influenciada, ya que su cuota es fija a lo largo del periodo del préstamo. Pero si le damos una vuelta a esta situación, todo cambia. Si los tipos de interés bajan, la hipoteca a tipo fijo se verá perjudicada. El cliente que haya contratado una hipoteca a tipo variable tendrá unas cuotas mensuales inferiores, pero en cambio, el que ha contratado la hipoteca a tipo fijo tendrá la misma cuota mensual, es decir, su cuota no cambia.
Pero, las entidades que ofrecen alternativas disminuyen los riesgos en las dos situaciones. Cuando sube el interés, las entidades ofrecen al cliente un préstamo hipotecario a tipo variable con un limite marcado en el tipo de interés. De esta manera, si la subida de interés supera este límite, el cliente pagara la cuota correspondiente al interés limitado.
Una decisión complicada, con pros y contras, que puede hacer que tu riesgo hipotecario sea mayor o menos. Ya sabemos que elegir un tipo de hipoteca es difícil, por ello en Housfy Hipotecas te ofrecemos los mejores expertos para ayudarte a elegir la mejor opción según tus necesidades y posibilidades.