Si ya tienes una hipoteca y te estás planteando realizar una ampliación, es importante que te plantees antes estos 5 aspectos:
1. Entender qué implica una ampliación de hipoteca
La ampliación de hipoteca implica un cambio en las condiciones del contrato que firmaste con el banco con una de estas 2 intenciones:
- Ampliar el importe prestado a devolver en el mismo plazo originalmente pactado, pagando cuotas más elevadas.
- Alargar el periodo de amortización del préstamo hipotecario para pagar cuotas más pequeñas.
Una ampliación de hipoteca es una operación llamada “novación” y puede ser muy favorable para nosotros ya que pagaremos menos intereses y gastos que con una subrogación o la contratación de otro préstamo. Además, nos evitará los impagos y todos los gastos asociados a ellos.
2. Decidir entre ampliación de capital o ampliación de plazo
Ampliación del capital de la hipoteca
- Será interesante si necesitamos financiación extra para algún proyecto personal (emprender un negocio, reformas, comprar un coche, herencias, reunificar créditos etc)
- Tenemos que valorar la totalidad de intereses a abonar
- Tenemos que calcular qué cuota final tendremos y si podemos hacerle frente. Recuerda, la cuota debería ser inferior al 35% de nuestros ingresos netos mensuales.
Ampliación del plazo de la hipoteca
- Será interesante si nuestra situación económica es más delicada y necesitamos cuotas bajas.
- Se acaban pagando más intereses que ampliando capital.
3. Conocer cuánto nos costará ampliar nuestro préstamo hipotecario
Para saber los gastos de una ampliación de hipoteca tenemos que mirar nuestro contrato y consultar los asociados a la novación. Normalmente tendrás que sumar:
- Comisión por novación:
- Cambio sólo del plazo (0,1%)
- Cambio de variable a fija (0,15% los primeros 3 años, luego 0%)
- Notaría
- Gestoría
- Tasación (solo aplicable si ampliamos capital)
4. Cumplir los requisitos del banco para la ampliación de hipoteca
El banco siempre tiene la opción de no concedernos la novación. Para ampliar nuestras opciones deberíamos:
- Estar al día con los pagos de nuestras deudas y, por supuesto, de nuestra hipoteca con el banco en cuestión.
- Tener pocas deudas vigentes.
- Tener capacidad económica para hacer frente al pago.
5. Tener un plan B
Sin embargo, incluso con todo lo anterior en orden, también puede pasar que el banco no te conceda la novación. En caso de rechazo de nuestra sugerencia, tendremos que valorar el resto de nuestras opciones para obtener financiación extra:
- Recurrir a un préstamo personal: sus intereses normalmente oscilan el 7% TAE. Aunque, si comparamos lo suficiente, podemos llegar a encontrar ofertas de préstamos mucho más favorables.
- Subrogación: subrogar hipoteca o cambiar la hipoteca de banco es una opción que nos puede mejorar las condiciones de la hipoteca. Sin embargo, hay que hacer cálculos para saber lo que nos costará y ver si realmente sale a cuenta.
- Nueva hipoteca: finalmente tenemos la opción de firmar otra hipoteca y cancelar la existente. Esta opción es cara porque implica pagar gastos de cancelación y gastos de apertura de la nueva hipoteca.