La tasación presencial de una vivienda es ese momento en el que se juega gran parte del futuro de la venta de tu piso, y que acostumbra a estar lleno de dudas: ¿venderé al precio que quiero?, ¿el tasador será muy exigente?, ¿y si no se refleja lo que vale realmente mi casa?
Tranquilidad. En este artículo te explicamos con detalle y sin rodeos qué pasa durante una tasación, qué debes tener listo en casa y qué factores pueden afectar al valor que se determine. Porque si estás a punto de vender tu piso, necesitas tener claro cómo influye este paso en el precio final.
¿Qué es una tasación presencial de vivienda?
Es una valoración oficial realizada por un tasador homologado que visita físicamente la vivienda. Su informe es clave para cerrar una compraventa con una referencia objetiva del valor de mercado.
A diferencia de las valoraciones online, esta implica una inspección real del estado del inmueble. Es especialmente relevante si vendes en ciudades donde los precios fluctúan mucho por zonas.
Normalmente, la paga el comprador si es para pedir hipoteca. Pero si tú como vendedor la encargas para conocer el valor real de mercado, entonces es tuya la inversión. Su precio varía en función de la zona donde se realice.
En la mayoría de los casos, se solicita:
- Justo antes de firmar el contrato de arras.
- Cuando el comprador necesita hipoteca.
- O cuando tú, como propietario, quieres una referencia realista para fijar el precio de salida al mercado.
¿Qué revisa el tasador?
Vayamos al grano. Esto es lo que va a mirar:
1. Estado de conservación
Paredes, ventanas, instalaciones, suelos… Una casa bien mantenida puede subir su valoración. No hace falta reformarla entera, pero sí tenerla limpia y cuidada.
2. Superficie real
Medirá metros útiles y construidos, y los comparará con la escritura y el catastro. Ojo si hay diferencias.
3. Ubicación exacta
No es lo mismo estar en el centro de la ciudad que en las afueras. La tasación analiza también servicios, transporte, y demanda en tu zona.
4. Calidad del edificio
Ascensor, fachada, antigüedad del inmueble, accesibilidad, zonas comunes… Todo suma (o resta).
5. Distribución y luminosidad
Un piso con pasillos largos y sin luz natural se valora peor. Si tu casa es diáfana y luminosa, eso juega a favor.
¿Cómo prepararte para el día de la tasación presencial de tu vivienda?
No necesitas una reforma exprés, pero sí tener en cuenta algunos trucos básicos:
- Limpieza a fondo: da sensación de cuidado y buen mantenimiento.
- Buena ventilación: abre ventanas antes de la visita.
- Documentación lista: escritura, recibo del IBI, planos si los tienes…
- Repara lo esencial: enchufes sueltos, puertas que no cierran, grifos que gotean… mejor solucionarlo antes.
¿Qué pasa después de la tasación presencial de una vivienda?
El tasador entrega su informe en unos 3-5 días. Si todo cuadra, se sigue adelante con la operación, y, si no, puede haber ajustes, sobre todo si el comprador no tiene ahorros suficientes para cubrir la diferencia entre precio pactado y tasado.
¿Cómo influye la valoración de la tasación en tu plan de venta?
Si el tasador valora la vivienda por debajo del precio pactado, el comprador puede tener problemas para que el banco le conceda la hipoteca completa. Eso puede obligarte a renegociar el precio de venta.
Por eso, es clave que como vendedor tengas una idea clara del valor real del piso, y es que si pides un precio inflado, puedes perder tiempo y operaciones.
Una tasación oficial es una herramienta de negociación. Si quieres vender bien y rápido, te interesa que el precio que pongas esté dentro del rango que saldrá en ese informe. Ni inflado ni regalado.
Consejo final: anticípate
Si ya estás en modo venta, no esperes a que llegue el comprador para descubrir el valor real de tu piso. Pide una tasación por tu cuenta y utiliza esa cifra como base para negociar. Evitarás sorpresas, bajadas forzadas de precio y compradores que se echan atrás en el último momento.
Si vives en Barcelona, Madrid o alrededores, puedes solicitar con nosotros una tasación gratuita.