Cuando decides solicitar un préstamo hipotecario, ya sea uno personal o hipotecario, existe la posibilidad de que la entidad bancaria te pida un aval. El aval funciona como garantía para el banco en caso de impago, pero esto no significa que sea un requisito o condición para conseguir una hipoteca. En el artículo de hoy hablaremos de los préstamos sin aval, cuándo se pueden conseguir y con qué condiciones. ¡Vamos allá!
¿Qué son los préstamos sin aval?
Se trata de préstamos que no requieren de un aval o una garantía, lo más habitual es que puedan acceder personas que cuenten con un buen perfil.
Un aval es una decisión importante en la que hay mucho en juego. Cuando se trata de poner como garantía una propiedad, puede suponer que el banco te la embargue en caso de impago. En caso de un avalista, la persona puede llegar a perder sus bienes en propiedad en caso de que el hipotecado no pague el préstamo. Por estos riesgos, lo mejor es optar por un préstamo sin aval.
Pero, no todo el mundo puede acceder, aunque es mucho más sencillo conseguirlo si hablamos de un préstamo personal en vez de una hipoteca, todo dependerá del perfil de la persona que solicite el préstamo. En el siguiente apartado veremos cómo debería ser ese perfil.
Requisitos para acceder a un préstamo sin aval
Tanto en préstamos personales como en hipotecarios, cuanto mejor sea el perfil mejor condiciones podremos conseguir. Si cumples los siguientes requisitos, la entidad no debería solicitar un aval, ya que tu perfil es lo suficientemente solvente para pagar el préstamo sin problemas.
- Contrato estable y buenos ingresos. Es importante que contemos con un trabajo indefinido de un mínimo de un año y que tengamos unos ingresos que nos permitan destinar un 35% a pagar préstamos sin que ponga en peligro la economía del hogar.
- Cantidad del préstamo. En el caso de las hipotecas, la tasación influirá en las condiciones del préstamo. Si hablamos de uno personal, deberíamos poder devolver el dinero prestado en un máximo de 5 años.
- Buen historial crediticio. Es fundamental que no tengamos préstamos pendientes o estemos en alguna lista de morosos.
Si cuentas con los requisitos de esta lista, lo más seguro es que puedas acceder a una hipoteca sin aval. Pero, en el caso contrario, ¿qué implicaría? Veamos qué significa tener un préstamo con aval.
¿Qué significa tener un avalista?
Como hemos dicho antes, tener un avalista conlleva una serie de riesgos para éste y es importante que los conozcamos antes de decidir si queremos o no optar por un préstamo con aval.
Un avalista, básicamente, se ofrece como garantía en caso de que el hipotecado no pueda pagar el préstamo. Esto supone que, si se produce un impago, la entidad financiera pediría cuentas al avalista y podrían acceder a sus bienes y patrimonio para saldar por completo la deuda.
Además, la figura del avalista se hereda, por lo que esta deuda podría heredarla sus hijos. Aunque existan todos estos riesgos, el avalista no tendrá ningún derecho sobre el inmueble.
Por otro lado, en caso de que uses como garantía un inmueble libre de cargas, en caso de impago, el banco podrá embargártelo.
Solicitar un préstamo hipotecario o personal es una decisión importante y es importante que te asegures de que cuentas con unas buenas condiciones de financiación. No dudes en contactar con nuestro equipo de Housfy Hipotecas para conseguir el mejor préstamo del mercado e incluso financiación 100 hipoteca.