El total de ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo en 2024 alcanza mínimos desde 2020, pero no todo son buenas noticias. A pesar de haber seguido una tendencia descendente, se ha registrado un repunte en el último trimestre del año. Esta bajada muestra la efectividad del Decreto-ley de suspensión de desahucios, aunque no está del todo claro que impacte lo conveniente.
Ejecuciones hipotecarias arriba, ejecuciones hipotecarias abajo
Lo primero es recalcar que una ejecución hipotecaria no conlleva siempre a un desahucio, pero este sí se da tras una ejecución. Por lo tanto, ante esta relación, es muy probable que si las ejecuciones aumentan, los desahucios también puedan seguir este comportamiento.
Sí, las ejecuciones hipotecarias han disminuido en el conjunto de 2024, pero repuntaron en el cuarto trimestre.
En dicho periodo se efectuaron 3.076 ejecuciones hipotecarias sobre viviendas, 2.562 de ellas en habituales. El total supone un aumento trimestral del 48% y de un 9,2% anual. Este trimestre ha supuesto una ruptura con el comportamiento de su predecesor, donde las ejecuciones bajaron a nivel trimestral (-23,8%) y anual (-1,5%).
Las viviendas con más ejecuciones fueron las hipotecadas en 2007, un 15% de la suma. Por su parte, Andalucía es quien se llevó el cupo de máximas viviendas ejecutadas con 839 unidades; su opuesta es Navarra con tan solo 19.
Hablando ahora de ese mejor sabor de boca, del conjunto de ejecuciones hipotecarias de todo 2024. Las realizadas sobre viviendas fueron 10.713, de las cuales 8.921 correspondieron a viviendas habituales y 1.792 a viviendas con un uso diferente. El total supone una rebaja del 5,8% en comparación con el año anterior, no obstante, es el porcentaje más bajo desde la tendencia a la baja de 2021, cuando entró en vigor el Decreto-ley de suspensión de desahucios. Asimismo, el tipo de vivienda que ha experimentado un recorte menor en cuanto a ejecuciones, ha sido, irónicamente, la habitual.
Qué pasa con el Decreto-ley de suspensión de desahucios
Se implementó en 2020 para paliar los efectos de la pandemia de COVID-19 y es que se dio un vuelco radical pasando de años de descensos importantes a recuperar la afición por los incrementos.
Este Decreto-ley se ha ido posponiendo de año en año, habiendo sido así este pasado diciembre. Eso sí, huelga destacar que estos solo impactan en los hogares vulnerables que no tienen alternativa habitacional.
Así pues, el aumento trimestral de las ejecuciones hipotecarias sobre segundas viviendas podría estar justificado, pero no el de viviendas habituales.
Además, la disminución de ejecuciones a nivel anual tan solo tuvo un fuerte huella en 2023, pero no continuó en 2024, ¿por qué?
- 2021: +60,3%
- 2022: -3,7%
- 2023: -20,5%
- 2024: -4,3%
Como hemos explicado al principio del artículo, no todas las ejecuciones hipotecarias terminan en un desahucio, sin embargo, hay que tener el ojo puesto en ambos, y ahora que se ha vuelto a prolongar la suspensión de estos últimos, la pregunta es ¿será más influyente en 2025?
