Imagínate que vas a vender tu piso, situado en un edificio antiguo, con techos altos y suelos de madera crujiente. Para ello, deberás tener en cuenta un aspecto muy importante, la ITE. A continuación, te contamos cómo y cada cuánto se pasa la ITE.
¿Qué es y cada cuánto se pasa la ITE?
Los edificios, como cualquier otro elemento, necesitan ser cuidados y atendidos. Y más si se tratan de inmuebles con una larga historia y que llevan muchos años en pie. De ahí nace la obligación de realizar lo que se conoce como Inspección Técnica de Edificios (ITE).
Esta inspección se lleva a cabo en edificios con más de 50 años de antigüedad. Pero, ¿qué es exactamente la ITE?
En esencia, se trata de una evaluación exhaustiva que se produce con el objetivo de comprobar el estado de conservación y seguridad del inmueble. Al mismo tiempo, la ITE busca detectar deficiencias que puedan suponer un peligro para los residentes de la vivienda y ofrece las medidas ideales para solucionarlas a tiempo.
La revisión hace hincapié en los siguientes elementos del edificio:
- Estructura.
- Habitabilidad.
- Accesibilidad.
- Eficiencia energética.
- Seguridad.
Una vez realizada la ITE, si el edificio no pasa la inspección, el ayuntamiento de la zona podría exigir la realización de las reparaciones necesarias.
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¿Es obligatoria la ITE para vender un piso?
De forma rápida y sencilla, sí, es obligatoria. Esto será siempre y cuando tu vivienda se encuentre en un edificio con más de 50 años de antigüedad.
En la mayoría de los casos, el comprador solicitará el certificado de esta inspección. También podría solicitarlo la misma entidad bancaria a la hora de otorgar una hipoteca a dicho comprador. Al fin y al cabo, el documento ayuda a certificar que el edificio se encuentra en buenas condiciones y en buen estado. Por tanto, te ayudará a vender tu piso con éxito.
Certificado de aptitud de la ITE: ¿En qué consiste?
Tras realizar la inspección, se elabora un certificado de aptitud de la ITE. Podríamos decir que este documento es la varita mágica que confirma el estado de conservación y seguridad del inmueble. Una vez hecho, el certificado se dividirá en tres categorías diferentes. Son las siguientes:
- Certificado de aptitud favorable. La mejor categoría, pues indica que el edificio supera todas las condiciones establecidas en la ITE.
- Certificado de aptitud favorable con defectos leves. El edificio cumple con la mayoría de las condiciones que establece la ITE, pero existen ciertos defectos que deben ser corregidos.
- Certificado de aptitud desfavorable. Esta categoría indica que el edificio necesita alguna que otra reparación para garantizar el buen estado y seguridad de los habitantes.
Si el edificio obtiene la última categoría, se deberán solucionar los problemas con ayuda de un equipo de profesionales. Una vez realizadas las obras y mejoras correspondientes, obtener la nueva certificación será como coser y cantar.
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