Una pensión es la vía de sustento de muchas personas, ya sea contributiva o no contributiva, pero es justo por esta diferencia por la que vender un piso puede provocar la reducción del subsidio o incluso su pérdida. Si estás en esta situación y te preocupa poder quedarte sin la prestación, el artículo de hoy es para ti, así que sigue leyendo para que te pille prevenido.
Contributiva o no contributiva, esa es la cuestión
En el mundo de las pensiones podemos diferenciar entre dos clases: las contributivas y las no contributivas. Las primeras son aquellas que se basan en las aportaciones que el trabajador ha realizado durante su vida laboral, mientras que las segundas se otorgan a personas que no han cotizado lo suficiente o nunca han cotizado.
Así, las pensiones contributivas se consideran un derecho adquirido en función de la actividad laboral y el aporte realizado a la Seguridad Social, responsable del pago. Para disfrutar de ellas es necesario haber cotizado un número mínimo de años y haber realizado aportaciones durante estos, y en base a dichos años depende la cuantía del subsidio, así como de la base de cotización.
Por su parte, las pensiones no contributivas tienen un carácter asistencial, ya que pretenden cubrir necesidades básicas a quienes no han podido contribuir al sistema o han tenido una vida laboral con bajos ingresos. Por tanto, están sujetas a límites de ingresos y patrimonio, dirigiéndose a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad económica.
Ojo al vender un piso si tienes una pensión del tipo…
Las pensiones contributivas, al entenderse como un derecho ganado a cambio de la aportación de una persona a lo largo de los años, solo son modificables por modificaciones financieras de la mano de políticas estatales. Es decir, no están en riesgo al vender un piso, ya que no dependen de la cantidad de dinero del que se disponga.
Por ende, las pensiones no contributivas sí peligran ante la venta de un piso. Al ser una ayuda social para cubrir las necesidades básicas a las que no se pueden llegar, se limitan en función de los ingresos y del patrimonio. Por tanto, el vender un piso y obtener ganancias podría desencadenar la pérdida de la paga, inclusive si se trata de la venta de una vivienda heredada.
Pero, ¿siempre? No.
En el punto de mira el destino de los beneficios al vender un piso
Vender un piso no comporta de manera automática la pérdida de una pensión no contributiva, sino que la clave son los dineritos. Si las ganancias de la operación aumentan de manera significativa tu patrimonio, la pensión podría anularse, eso sí, durante un periodo de tiempo determinado.
También cabe la posibilidad de que no se pierda, sino que se reajuste la cuantía de la paga según dicho patrimonio, y se reduzca.
No obstante, podemos ser más avispados, y es que, como hemos dicho al principio, muchas veces las pensiones son el único soporte que se tiene, por lo que quedarse sin ella puede llegar a ser muy injusto. Pero podemos intentar evitarlo.
Por ejemplo, invirtiendo las ganancias de vender el piso de manera que ya no se considerarán parte del patrimonio. Asimismo, se podrían destinar los beneficios a la compra de un inmueble, ya sea el primero o como reinversión a una vivienda habitual que se adapte mejor a tus necesidades actuales.
No eres el único o única, pero cada caso es un mundo
Hay que defender lo que es de uno, sobre todo ante situaciones injustas, razón por la cual es esencial estar informado de nuestra situación. No obstante, como ves, a pesar de haber solo dos posibilidades: perder o menguar la pensión, o no, cada detalle cuenta y puede cambiar el resultado de uno a otro.
Por eso, lo más aconsejable es consultar a expertos que puedan ayudarte y guiarte en todo momento.