Vivir en pareja es un paso muy importante, un paso que cada vez se hace más común compartiendo alquiler. También es verdad que no siempre uno encuentra su “felices para siempre” y toca separar caminos. Si tienes una vivienda en alquiler con una pareja que se ha separado, descubre aquí como una buena gestión de alquileres puede hacer que la ruptura influya menos en la situación de la vivienda.
¿Es importante si estábamos casados o simplemente éramos pareja? No, hay soluciones para todo ante la situación de ruptura bajo un alquiler tanto común como de una de las partes. En el caso de no estar casados, sí que se pide que la pareja haya convivido de forma permanente durante al menos los 2 años antes de abandonar la vivienda.
El arrendatario solo es uno y pide terminar el contrato
En el caso de que haya un arrendatario y quiera vencer el contrato, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), en su artículo 12, establece que:
- En el caso de que el arrendatario quiera abandonar el inmueble pero la pareja (que no está en el contrato) quiere continuar, el contrato puede seguir en beneficio de quién quiera seguir.
En el caso de que quiera hacerlo, deberá hacerlo vía notarial, con burofax o entrega personal con firma del arrendador. Este podrá pedir a la pareja si quiere continuar, y en el caso de que la pareja no responda en 15 días (igual por escrito como al principio), el contrato se dará por terminado.
Sin gestión de alquileres el arrendatario se va sin desistir del contrato
En el caso de que quien paga el arrendamiento abandone el hogar y no avise al arrendador, la LAU en el mismo artículo que la sección anterior deja claro que el alquiler puede seguir en beneficio del cónyuge.
Es el cónyuge el que debe contactar con el arrendador reclamando la posición de arrendatario antes de que pase un mes desde el abandono del arrendatario. Todo esto, cómo el caso de antes, debe notificarse al propietario y debe firmarlo.
En el caso de que no se notificara, el contrato terminaría y la mensualidad correspondiente la pagaría el cónyuge.
Solo hay un arrendatario, pero una sentencia dicta que es el cónyuge quién debe usar la vivienda
En el caso de que una sentencia requiera que sea la pareja la que vive en la casa arrendada por la otra parte, la pareja pasará a ser la persona titular en el contrato de alquiler, sin autorización del propietario.
Aunque lo diga la sentencia, el cónyuge debe notificar, antes de 2 meses desde la publicación de la sentencia, que realmente quiere continuar en esa vivienda. Si no lo hace, el contrato se terminará. Como venimos diciendo, todo esto por escrito siempre y firmado por el propietario.
¿Y si los dos son arrendatarios y uno quiere dejar la vivienda sin notificar o debe dejarla por sentencia?
El propietario debe estar siempre al tanto, por lo tanto, en el primer caso no es su problema los puntos de conflicto de la pareja, por lo que si un cónyuge abandona la vivienda y deja de pagar, el arrendador puede tomar medidas legales, ¡y ojo!, porque puede ser contra las dos personas.
En el segundo caso, el hecho de separarse no afecta al contrato, por lo que la pareja debe seguir pagando. Aquí lo más común es que, la persona que debe quedarse en el piso por sentencia, contacte con el arrendador y se negocie un nuevo contrato.
Nada que una buena gestión de alquileres no pueda solucionar
Si tienes un piso en alquiler, seguramente hay cosas como esta que pasan desapercibidas y que te pueden afectar. Todos entendemos que una ruptura no es fácil para una pareja, pero puede que tampoco lo sea para el arrendador.
Si no tienes tu piso en alquiler, pero lo has pensado, ¡que no te pille el toro! Llevar todo esto sin ayuda puede resultar un dolor de cabeza. Por eso, vamos a ser justo nosotros los que te proponemos que contactes con nuestro equipo experto en la gestión integral del alquiler, y así estarás acompañado en el proceso de poner tu vivienda en alquiler y podrás estar más preparado ante una posible ruptura de tus inquilinos.