En períodos de crisis es habitual que las familias acudan al sistema de alquiler de vivienda en lugar de realizar la compra de un inmueble. Esto se debe a la falta de seguridad y estabilidad laboral. En consecuencia, surgen leyes que tratan de gestionar los arrendamientos urbanos con un único fin: proteger al arrendatario. Así, entre 1950 y 1985 se promueve esta normativa con el propósito de facilitar los arrendamientos y ofrecer un beneficio a las personas. Este es el sistema que se conoce por renta antigua. Es por ello por lo que vamos a hablarte sobre la decisión de rescindir un contrato de renta antigua a un inquilino y la indemnización que conlleva dicho acto.
Indemnización por rescindir el contrato a un inquilino de renta antigua
¿Qué ocurre cuando se produce la rescisión del contrato de alquiler? En este caso, se otorga una indemnización a causa de la derogación de la renta antigua a partir de 1985.
El incumplimiento de las obligaciones del inquilino puede conllevar la rescisión del contrato de alquiler de renta antigua. Al no cumplir con lo acordado en el momento de acceder a vivir en el inmueble, se puede invitar a que abandone el piso o desahuciarlo en el caso de otros problemas. De este modo, se inician las negociaciones respecto a la indemnización que le corresponde según establece la ley.
Se puede dar la situación en que el inquilino no quiera abandonar la vivienda o se niegue a la indemnización. En este caso, es preciso iniciar un desahucio para proceder al desalojo y terminar, así, con la prórroga forzosa.
Se puede poner fin al contrato si se necesita la vivienda para uso propio o familiares directos, si existe un impago de las rentas por parte del inquilino o si este está subarrendando el inmueble a terceros y, finalmente, si no reside en un período de seis meses al año o si no existe una justificación razonable a la ausencia.
A partir de ahí, se procede a la rescisión del contrato que, indudablemente, requiere una intervención legal de un abogado. También requiere de aplicar la tramitación que suponga el final del periodo de habitabilidad en el inmueble. Eso sí, esto va a suponer una indemnización que implica una puntualización específica para saber de qué manera se puede presentar y qué medidas se deben tener en cuenta a la hora de hacer el cálculo de la cifra, es decir, la cuantía que se debe abonar.
Cuál es el proceso para la indemnización
Para que el procedimiento se realice bajo el amparo de la ley, es preciso realizar un desalojo cuando se requiera la vivienda y que el arrendatario reciba una compensación económica que responda, básicamente, a dos años de renta si se abandona el piso en un plazo inferior a los seis meses; en cambio, si se hay un plazo mayor entonces a estos dos años, se tendrá en cuenta como si fuera un año.
Cuando se compra un inmueble y existen alquileres de renta antigua, es habitual que el inversor trate de negociar las indemnizaciones con los inquilinos. El propósito es que se marchen y se trate de sacar una mayor rentabilidad a las viviendas, teniendo en cuenta que los nuevos propietarios no van a poder desahuciarles.
Generalmente, se suele recurrir al proceso de negociación para que no haya ningún problema y se logre un entendimiento bajo el diálogo. No obstante, también está la vía judicial, siendo recomendable cuando existen factores de riesgo, especialmente el desacuerdo entre ambas partes y se quiere establecer un proceso imparcial, pero bajo un pleito que puede durar bastante tiempo para que, así, se dictamine una sentencia que resuelva la situación.
Cálculo de la indemnización del inquilino de renta antigua
La indemnización se calcula a partir de la negociación que se establezca con el inquilino. Sin embargo, también influye la esperanza de vida del inquilino, siendo la indemnización un mecanismo basándose en los años que tiene de esperanza de vida.
De esta manera, se negocia por la diferencia entre la renta que se estaba pagando y la que se pagaría a precios de mercado, teniendo esos años que aún le quedarían por vivir al inquilino.
La indemnización debe satisfacer a ambas partes, especialmente al arrendatario por haber salido de la vivienda y disfrutar de la compensación económica, sobre todo si se quiere evitar una denuncia por daños y perjuicios. A su vez, el arrendador obtiene la vivienda en propiedad y dispone de ella para su uso particular; por esta razón, es importante establecer una indemnización al inquilino de renta antigua.
En definitiva, se trata de un procedimiento legal. En él, se recomienda la participación de figuras profesionales como abogados y gestores. La razón es que esas figuras tienen un conocimiento preciso a la hora de estipular la susodicha indemnización.
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