Alquilar un piso es un negocio rentable, pero es en los últimos años que se ha esparcido una ola de miedo al impago y a la okupación. Los propietarios quieren asegurarse de que cobrarán, y la duda es la siguiente: ¿qué pido de comprobante de ingresos para garantizar la solvencia y, por ende, un alquiler seguro? Veamos.
Documentos que puedes pedir a tu inquilino como comprobante de sus ingresos
Para realizar un estudio de solvencia, puedes solicitar alguna documentación a tu inquilino. No es necesario pedírsela toda a la vez: no da muy buena impresión y probablemente lo vas a asustar. Los ordenamos sensatamente:
1. Las tres últimas nóminas
Es el más común de todos: solicitar las últimas tres nóminas del futuro inquilino (o inquilinos) es más que recomendable. En ellas, encontraremos mucha información de valor:
- El sueldo, que deberá poder cubrir holgadamente el precio del alquiler. Es importante fijarse si se mantiene estable a lo largo del tiempo o si, sin embargo, varía notablemente de un mes a otro.
- La fecha de antigüedad de la empresa. Es recomendable que uno de los inquilinos tenga al menos más de un año de antigüedad en la misma compañía, mucho mejor si es superior a los dos años.
- El tipo de contrato. Evidentemente, priorizamos que nuestro inquilino tenga un tipo de contrato que nos dé seguridad a largo plazo.
2. La declaración de la renta del año anterior
La declaración de la renta del ejercicio anterior es un documento que puede darnos información adicional si las nóminas no nos han dejado con alguna duda, ya sea porque el futuro inquilino tiene unos ingresos variables, porque la antigüedad con la empresa no es muy alta o porque tenemos dudas sobre el tipo de contrato.
Por ejemplo, si nuestro futuro inquilino es autónomo, deberemos cerciorarnos de que los ingresos se mantienen a lo largo del contrato de alquiler, y no solo los últimos meses, y el mejor comprobante para ello es la declaración de la renta.
3. El informe de la vida laboral
Un informe de la vida laboral es gratuito y muestra el recorrido laboral del interesado. Puede ser interesante comprobarlo si la antigüedad en la empresa actual no es muy alta y queremos analizar los patrones en la vida laboral de nuestro futuro inquilino.
Por ejemplo, un patrón sano sería que el inquilino haya concatenado el nuevo trabajo con su trabajo anterior: nos indica que seguramente cambió para mejorar sus condiciones. Sin embargo, si vemos que el inquilino ha pasado por muchos trabajos en poco tiempo, podríamos desconfiar de que pueda mantener su solvencia a largo plazo.
Por último, tener suficientes años cotizados nos da la seguridad de que, en caso de despido, el inquilino puede acceder a prestaciones públicas por desempleo para cubrir sus gastos.
4. Un certificado de no morosidad
Adicionalmente, puede pedirse un informe de riesgos en el CIRBE (el “fichero de morosos” del Banco de España, para entendernos), donde aparecerán otros préstamos o deudas del interesado, lo que te ayudará a calcular mejor su esfuerzo para pagar el alquiler.
También puede consultarse el ASNEF, fichero de morosos por excelencia, donde aparecerá si el inquilino en cuestión tiene alguna deuda vencida superior a los 50 euros.
Ambos trámites son gratuitos, aunque es necesario que los haga el mismo inquilino o bien que te consienta explícitamente para hacerlo tú.
Contrata un servicio de protección del pago, para mayor seguridad
Cada vez más propietarios contratan un servicio que garantice el cobro del alquiler. Y es que la tranquilidad de cobrar cada mes puntualmente no tiene precio.
Al contratar el servicio de gestión integral de Housfy Alquiler, ya viene una protección del pago del alquiler de hasta doce meses. Por su parte, se encargan del estudio de solvencia para encontrar al inquilino más seguro.
Además, sus expertos resuelven las incidencias a lo largo del contrato del alquiler, por lo que no tendrás dolores de cabeza.