Según como se distribuya la propiedad de un inmueble, se podrá distinguir entre propiedad vertical y propiedad horizontal. Se entiende como propiedad vertical aquellos inmuebles compuestos de varios locales o viviendas que pertenecen a una propiedad única. Por el contrario, la ley de propiedad horizontal indica que se entiende como propiedad horizontal la forma de copropiedad que existe entre los distintos propietarios de un inmueble dividido en varios pisos.
La ley de propiedad horizontal y sus derechos
La ley de propiedad horizontal recoge los distintos derechos que tienen los propietarios sobre el inmueble. Distingue entre:
El derecho de propiedad singular
El derecho de propiedad singular y exclusivo se refiere a los derechos que tiene cada propietario sobre los elementos de su exclusiva propiedad. El propio piso, la plaza de parking o los trasteros son un ejemplo.
El derecho de propiedad conjunto
En cambio, el derecho de propiedad conjunto e inseparable se refiere a los elementos comunes del inmueble. Pueden ser la escalera, los buzones, la piscina comunitaria o el ascensor.
Distribución de la propiedad horizontal
La ley de propiedad horizontal funciona más o menos como las acciones de una empresa. Todos los elementos del inmueble de propiedad exclusiva, como el piso o la plaza de parking tienen asignada un % de participación sobre el total del edificio. Este porcentaje indica las obligaciones que tendrá cada uno de los propietarios sobre las zonas comunes en función de su participación total. De este modo se establece tanto la contribución de cada propietario sobre los gastos comunes, como el poder de voto en las juntas de propietarios.
Según lo establecido en la ley de propiedad horizontal, el administrador de fincas será quien se encargue de realizar todas la funciones administrativas, como pueden ser: la contabilidad, la elaboración de presupuestos o la realización del balance anual de gastos entre otras.
La propiedad vertical
A diferencia de la propiedad horizontal que se caracteriza por la copropiedad, en la propiedad vertical existe un único propietario al cual le pertenecen todas las viviendas o locales del inmueble. Normalmente dicho propietario, rentabiliza la inversión mediante el arrendamiento de los locales en sus distintas formas.
Esto no significa que toda propiedad vertical tenga que ser destinada a sacar rendimiento económico. Una parcela en una urbanización, por ejemplo, no se rige por la ley de propiedad horizontal. El comprador de un chalet, como propietario, deberá hacerse cargo del mantenimiento y las obligaciones fiscales, ya que le pertenece el 100% de la propiedad.
Propiedad horizontal vs Propiedad vertical
En la propiedad vertical no existe diferenciación entre zonas comunes y zonas exclusivas de cada propietario ya que sólo existe un único propietario.
A diferencia de lo que estipula la ley de propiedad horizontal donde el responsable de las tareas administrativas y de mantenimiento recae en el administrador de fincas, en la propiedad vertical debe ser el propietario quien se encargue de mantener el inmueble en buen estado y cumplir con las obligaciones fiscales.
En una comunidad horizontal los inmuebles o locales suelen ser destinados a la vivienda en gran medida, mientras que las propiedades verticales se destinan a fines comerciales, profesionales, recreativos o culturales como por ejemplo: museos, hoteles o centros comerciales.