Llega un punto de la vida en que toca zarpar. Vivir con los padres está bien, pero tener un piso para ti ofrece unas ventajas que todo joven desea. Privacidad, independencia, autonomía. Veamos qué opción es mejor para independizarse de joven, si el alquiler o comprar una casa con una hipoteca.
Ventajas del alquiler como opción para independizarse de joven
Aunque muchos lo ven como una opción poco atractiva a largo plazo, vivir de alquiler en realidad ofrece una libertad que una hipoteca no ofrece. Considera buscar un piso en alquiler si:
- Temporalmente tienes que mudarte a una ciudad más o menos lejana para estudiar o trabajar. Si todavía no estas seguro de dónde quieres formar una familia, alquilar es tu opción.
- No tienes muy claro dónde vivir. Alquilar es interesante para tantear distintos barrios hasta que decides en cuál quieres vivir y establecerte a largo plazo.
- Tienes poca independencia económica. El alquiler exige un compromiso mensual, pero como inquilino puedes rescindir del contrato de arrendamiento avisando con un mes de antelación en caso de que tu vida dé un giro (un despido, una oportunidad de trabajo a otra ciudad, etc.).
Además, el alquiler te permite vivir temporalmente en viviendas que, quizás, no podrías permitirte si te decidieras comprar. Por ejemplo, para poder permitirte un piso de 80 m2 en el centro de la ciudad, con balcón y bien amueblado, quizás debas esperar a reunir unos cuantos miles de euros de entrada y tener un buen sueldo y antigüedad laboral. Sin embargo, compartir ese piso con amigos o tu pareja es algo más accesible en el corto plazo.
Razones por las cuales te compensa solicitar una hipoteca en vez de vivir de alquiler cuando eres joven
Es interesante que tengas en mente comprar un piso en algún momento. Las hipotecas para jóvenes existen, y los bancos pueden llegar a ofrecer condiciones mucho más especiales. Considera comprar un piso con hipoteca si:
- Has ahorrado una buena entrada. Esto ronda cerca de los 25 % del precio de compra, pues cuando eres joven puedes optar a bonificaciones sobre los impuestos o acceder a una financiación más alta.
- Tienes un trabajo fijo y las cuotas no superan el 35 % de tus ingresos mensuales. Es decir, debes encontrar un piso cuyo valor, dividido en cuotas, sea aproximadamente un tercio de tu nómina. Por ejemplo, si cobras 1.500 €, las cuotas deberían estar en torno a los 500 € por lo alto: usa un simulador de hipoteca para hacer cálculos.
Aparte de los requisitos que te exigirá un banco antes de concederte una hipoteca, decidir comprar en vez de alquilar también será interesante siempre que:
- Tienes claro dónde quieres vivir y trabajar a medio plazo, o dónde quieres formar una familia. Si tienes muy claro tu rumbo en la vida, comprar una vivienda es la clave. Si no, alquilar puede ayudarte mientras acabas de desbrozar tu camino vital.
- Tienes una buena tolerancia al riesgo o concibes la compra como una inversión. Hay gente que prefiere comprar sí o sí, ya que las cuotas de una hipoteca están pagando poco a poco un activo que luego puede revalorizarse o puede alquilarse a cambio de unas rentas mensuales.
Haz números: ¿alquilando podrás ahorrar suficiente para una entrada de una casa?
Alquilar para independizarse es siempre ilusionante. Sin embargo, con los precios del alquiler por las nubes, es posible que los gastos de un joven le impidan poder apartar cierto dinero al mes para ahorrar para la entrada de una hipoteca en unos años.
Claro está, cada situación es especial. Pero, si no tienes prisa por irte de casa de tus padres, permanecer unos años más con ellos puede ser un alivio financiero para ti que te permitiría ahorrar lo suficiente para una entrada.
Además, alquilar tampoco es fácil. La falta de oferta de pisos en alquiler pone a los inquilinos en una situación de desigualdad. Aquellos con un buen perfil financiero tienen más posibilidades, pero los que tienen un perfil estándar deben pelear más.
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Los jóvenes tienen una ventaja frente a los adultos: pues les queda mucha vida por delante, los bancos están más dispuestos a trabajar con ellos.
Además, incluso cuando el perfil es más justo, es posible (aunque menos recomendable en cuanto a intereses) extender la vida de la hipoteca para conseguir unas cuotas más bajas y, por lo tanto, ajustar el ratio de endeudamiento.
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