Es una de las primeras cuestiones que debes aclarar cuando decides alquilar tu piso. Alquiler a corto plazo vs alquiler a largo plazo: ¿qué es mejor, qué te conviene más? A continuación vamos a desgranar los pros y contras de cada opción para que tú mismo veas cuál te conviene más.
Alquiler a corto plazo: más flexible y arriesgado
Un alquiler a corto plazo, turístico o de temporada es todo aquel no destinado a un uso de vivienda habitual. Aunque suele decirse que la duración de un alquiler de temporada es inferior a un año, en realidad no hay plazos fijos. Lo verdaderamente importante son las condiciones del arrendatario y la cuestión de que el uso no sea el de vivienda habitual.
Un estudiante integrado en un programa de movilidad, una pareja de turistas, un trabajador destinado temporalmente al país… Todos ellos son casos aceptables de alquiler de temporada. Hay que tener en cuenta que su regulación no es igual en todas las comunidades, por lo que debes informarte bien sobre la que a ti te afecta.
Ventajas de un alquiler de temporada
En un contexto de limitaciones al alquiler como las fijadas por la nueva Ley de Vivienda, los alquileres de temporada se han multiplicado. ¿La razón? Uno de los beneficios de un alquiler a corto plazo es que permiten esquivar esos límites. Con cada nuevo contrato, el propietario puede fijar el precio que desee.
Este resquicio legal es de sobras conocido. La Ley de Vivienda no lo cerró, y hacerlo o no es competencia de cada autonomía. Algunas como Cataluña ya han anunciado que tomarán cartas en el asunto.
Vinculado con lo anterior, un alquiler vacacional suele permitir una mayor rentabilidad. No solo por lo que ya hemos dicho, sino porque se dirige a inquilinos en cuyos países de origen, a menudo, la renta per cápita es más elevada.
Finalmente, alquilar una vivienda a corto plazo también permite una gran flexibilidad. Un alquiler turístico es como un servicio de hotel particular: los arrendadores llegan y se marchan cuando quieren, y no hay tiempo mínimo ni máximo. Esa es, como veremos, una de las mayores diferencias entre alquilar a corto plazo y a largo plazo.
Desventajas
Por su naturaleza, un alquiler de temporada no garantiza unos ingresos fijos. Las estancias son cortas, por lo que las probabilidades de pasar temporadas con la vivienda sin alquilar son considerables. Naturalmente, una ciudad turística, un precio razonable y una vivienda en muy buen estado las reducirán mucho.
Otro de los inconvenientes de un alquiler a corto plazo es el perfil del inquilino y su relación con la vivienda. Como va a estar en ella de manera temporal, el riesgo de que no la trate con el cuidado que merece es mayor. Por ello, es especialmente recomendable contratar un seguro de impago del alquiler como el de Housfy, que te protege de actos vandálicos.
La estabilidad, para lo bueno y para lo malo, de un alquiler a largo plazo
Las características de un alquiler a largo plazo están mejor definidas. El alquiler se destina a un uso de vivienda habitual, y los plazos son claros:
- Si el arrendador es una persona física, la duración mínima del contrato de alquiler es de cinco años, aunque el arrendatario puede rescindirlo a los seis meses.
- Si se trata de una persona jurídica, el tiempo mínimo es de siete años.
Pros de un alquiler a largo plazo
Indudablemente, la estabilidad es la mayor ventaja de un alquiler a largo plazo. Asegura que la vivienda no queda vacía y, por lo tanto, que no pasarás temporadas importantes sin percibir la renta. Con un contrato que, de desearlo el inquilino, durará al menos cinco años, es muy fácil calcular la rentabilidad de un alquiler.
Por otra parte, un contrato estable propicia que el inquilino sea más respetuoso con la vivienda. Será su hogar, no su alojamiento; no es un inquilino que se hospeda unas semanas o un par de meses, trata la vivienda de cualquier forma, se vuelve a su país y se olvida por completo. Va a permanecer una temporada larga, recibirá visitas y querrá mantener la vivienda en buenas condiciones.
Contras
La estabilidad de un alquiler a corto plazo también afecta a la renta, y más desde la aprobación de la nueva Ley de Vivienda. Las actualizaciones del alquiler están limitadas, y en las ciudades declaradas como zonas tensionadas, la renta de los nuevos alquileres no puede superar la anterior. El beneficio, por lo tanto, es bastante fijo.
También son muy fijas las condiciones del alquiler. La duración está claramente estipulada, y la Ley de Vivienda prevé distintas posibilidades de prórroga. Además, si resultara que el inquilino es conflictivo, pero no hasta el punto de justificar la rescisión del contrato, el tiempo de su inquilinato podría resultar muy cargante.
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En el duelo alquiler a corto plazo vs alquiler a largo plazo nadie ha salido victorioso. Cada opción tiene sus pros y sus contras, y elegir uno u otro depende de tus necesidades.
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