Cuando comienza la campaña de la declaración de la Renta anual, declaras los ingresos que consigues con el alquiler de tu vivienda. En otras palabras, pagas por el dinero que has ganado.
Así, para obtener los beneficios netos que has cobrado de tu arrendamiento durante un año, hay que tener en cuenta tres pasos muy simples:
- Calcula todos los ingresos obtenidos a lo largo del año procedentes del alquiler.
- Resta los gastos deducibles relacionados con el propio arrendamiento.
- A la cantidad resultante, aplícale el 60 %.
De esta forma, tan solo añadirás el 40 % del alquiler que ingresas. Sobre este importe tributa el alquiler de la vivienda en el IRPF.