Características principales de las hipotecas sin aval
Un aval es un contrato por el que una persona, física o jurídica, se compromete a asumir el pago de una deuda si el avalado no lo hace. Al pedir una hipoteca, es habitual que los bancos exigen un aval para garantizar que se les devolverá el préstamo.
Evidentemente, la principal característica de las hipotecas sin aval es la ausencia de esa garantía, pero lo interesante es conocer las implicaciones de pedir una hipoteca sin aval:
- Debes contar con un buen poder adquisitivo. De lo contrario, el banco pediría el aval.
- Por la misma razón, has de tener ciertos ingresos y estabilidad laboral.
- Si no puedes asumir los pagos, nadie lo hará por ti.
Ventajas de las hipotecas sin aval
Veamos cuáles son las principales ventajas de conseguir una hipoteca sin aval:
- No pones a nadie en el compromiso de avalarte, por lo que tienes mayor independencia financiera.
- Los requisitos y las condiciones suelen ser más flexibles.
- La tramitación de la hipoteca es más rápida, ya que te ahorras todo el trámite de buscar un avalista y lograr que el banco lo acepte.
Perfil indicado para solicitar una hipoteca sin aval
En realidad, el perfil adecuado para pedir una hipoteca sin aval es el perfil de hipotecado idóneo para los bancos. Veamos cuándo no es necesario un aval:
- Gracias a tus ingresos, tu capacidad de endeudamiento es alta.
- Dispones de estabilidad laboral.
- Cuentas con una buena cantidad de ahorros.
- No hay antecedentes de impagos en tu historial crediticio.
Tienes entre 35 y 45 años, una franja de edad en la que es posible cumplir los requisitos anteriores y el riesgo de defunción es muy bajo.