Características principales de las hipotecas abiertas
La principal característica de las hipotecas abiertas es su combinación de crédito y de préstamo hipotecario. Veamos las diferencias entre ambos términos para entender cómo funciona un préstamo abierto:
- Préstamo hipotecario. Es un producto financiero por el que se presta dinero para destinarlo íntegramente a la compra de una vivienda. Es decir, las hipotecas convencionales.
- Crédito hipotecario. El banco pone a disposición del cliente un total limitado de dinero, y el cliente puede utilizar la cantidad que quiera para los fines que considere.
Así, una hipoteca abierta es una mezcla de ambos productos, ya que permite al hipotecado volver a utilizar el capital amortizado. Y al hacerlo, puede destinar el dinero a gastos inmediatos. Por ejemplo, si lleva amortizados 50.000 €, podría volver a disponer de la mitad para comprarse un coche nuevo.
Respecto a las condiciones de las hipotecas abiertas, suelen ser las mismas que las de las convencionales. La financiación no acostumbra a superar el 80 % del valor de la vivienda, y la tasa de interés no es muy distinta a la de los préstamos hipotecarios habituales.
Ventajas de las hipotecas abiertas
La gran ventaja de una hipoteca abierta es que te permite afrontar gastos importantes e inmediatos. Si no cuentas con los ahorros para pagarle la universidad a tu hijo, cambiar de coche o reformar un piso, la hipoteca abierta te permite volver a utilizar el capital amortizado para destinarlo a tales fines.
Otra de las ventajas de una hipoteca abierta es que, a la hora de solucionar la falta de ahorros, es más conveniente que un préstamo al consumo. Si para afrontar cualquiera de los gastos mencionados tuvieras que pedir un préstamo al consumo, sus intereses serían probablemente más altos y te saldría más caro.
Perfil indicado para solicitar una hipoteca abierta
Conociendo las características de una hipoteca abierta, se puede deducir quiénes serán los más interesados, y asimismo descubrir cuál sería el perfil ideal para pedir una hipoteca abierta.
Si la gran ventaja de una hipoteca abierta es que permite afrontar gastos inmediatos que no podrían afrontarse sin ella, el primer rasgo del interesado será la falta de ahorros. Y si, por el dinero que vuelvas a tomar prestado, se te cobrarán nuevos intereses y, tal vez, alguna comisión. El segundo rasgo del interesado ha de ser contar con unos buenos ingresos.
A esta descripción podrían responder, por ejemplo, personas jóvenes o familias con buenas rentas.